Las amenazas al bosque
La deforestación
La deforestación

En todo el mundo, los árboles gigantes del bosque pluvial están amenazados no solamente
por el corte directo sino también por los incendios, la contaminación y otros factores.
Durante miles de años, los humanos han estado
jugando un papel cada vez más importante en la deforestación. A través
de la historia, un imperio tras otro han cortado bosques para construir
sus barcos y viviendas, y como combustible. Una vez que han sido
devastados, esos bosques no se han recuperado en mil años o más, y
algunos nunca se recuperarán -- como en partes del Mediterráneo, el
Medio Oriente y Gran Bretaña.
La deforestación global se ha acelerado
dramáticamente en décadas recientes. Los bosques tropicales de América
del Sur y del Sudeste de Asia están siendo cortados y quemados a una
tasa alarmante para usos agrícolas, tanto en pequeña como en gran
escala, desde enormes plantaciones de palmera aceitera (Elaeis guineensis
- Arecaceae) hasta la agricultura de susistencia de "tumba y quema".
Los fuegos que se inician para estos propósitos frecuentemente arden
fuera de control. La llamada "Bruma" en el Sudeste de Asia durante 1997 y
otros años fue el resultado de extensos incendios forestales que ardían
sin control en los bosques afectados por la sequía.
La idea de deforestación crea imágenes de áreas
desnudas. Por esto, cuando alguien ve una fotografía de áreas "altamente
deforestadas" en partes de los trópicos, ellas se sorprenden al ver que
todavía quedan muchos árboles ahí. De hecho, no parecen estar
deforestadas. La razón de ello es que por lo menos el 10 por ciento del
terreno es cubierto por las copas de los árboles; si el porcentaje de
bosque cae por debajo del 10 por ciento, las áreas tropicales son
consideradas deforestadas.
Pero que existan algunos árboles no significa que
el bosque no haya sufrido daños. Cualquier reducción del bosque es un
problema para su ecosistema. La deforestación ocurre cuando los bosques
son convertidos en granjas para alimentos o cultivos comerciales o
usadas para criar ganado. También la tala de árboles para uso comercial o
para combustible lleva a la destrucción de los bosques.

Los suburbios han crecido a expensas de los bosques, y ahora los árboles están confinados
a pequeños parches entre los campos de cultivo, los caminos y las edificaciones.
La deforestación no tiene que ver solamente con
la pérdida de árboles. También tiene un gran impacto sobre el ambiente.
Muchas criaturas vivientes dependen de los árboles por lo que, cuando
desaparecen los árboles, igualmente desaparecen los animales (biodiversidad disminuida).
Se pierde medicinas y materiales potencialmente valiosas, lo mismo que
el agua y el aire limpios. Sufren las personas indígenas y,
eventualmente, también las economías nacionales. El futuro de las
personas y de los bosques están interconectados.
Los árboles también almacenan agua y luego la liberan hacia la atmósfera (este proceso se llama transpiración).
Este ciclo del agua es parte importante del ecosistema debido a que
muchas plantas y animales dependen del agua que los árboles ayudan a
almacenar. Cuando se cortan los árboles, nada puede retener el agua, lo
que conduce a un clima más seco. La pérdida de árboles también causa
erosión debido a que no hay raíces que retengan el suelo, y las
partículas de suelo entonces son arrastradas hacia los lagos y ríos,
matando los animales en el agua.
La tala excesiva
Una de las causas principales de la
deforestación es la tala excesiva ("sobrecorte"). Casi en todos los
lugares donde se cortan árboles, hay casos donde demasiados son cortados
al mismo tiempo, lo que hace casi imposible la restauración del bosque a
su estado natural.
Si desea leer más, vaya a Tala excesiva
La deforestación lleva a un incremento del dióxido de carbono (CO2)
en el aire debido a que los árboles vivos almacenan dicho compuesto
químico en sus fibras, pero cuando son cortados, el carbono es liberado
de nuevo hacia la atmósfera. El CO2 es uno de los principales gases "invernadero", por lo que el corte de árboles contribuye al peligro del cambio climático.
Las zonas ribereñas
(= hábitats que rodean los ríos, lagunas y otros cuerpos de agua) son
especialmente sensibles a los efectos de la deforestación. Los caminos y
las áreas limpias interceptan o desvían el flujo natural del agua, y
pueden provocar inundaciones, deslizamientos de tierra y solvatación.
Esto conduce a una pérdida en la calidad de agua y una pérdida de
hábitat para los peces y de áreas de reproducción.
Muchas ciudades han sido construidas alrededor de ríos, destruyendo la cubierta forestal alrededor de estas fuentes de agua.

Vista aérea de una porción de terreno recién cortado,
en Guatemala.
en Guatemala.
Desgraciadamente, muchos países en desarrollo en
las regiones tropicales están tratando de mejorar sus economías a través
del uso inadecuado de sus bosques. Brasil ha inundado miles de
kilómetros cuadrados de bosque amazónicos con la construcción de
represas hidroeléctricas, y se planifican más.
Grandes poblaciones de personas muy pobres y
bosques tropicales generan conflictos. Un agricultor de susistencia no
puede preocuparse por el ambiente. Pero también las naciones
industrializadas destruyen grandes trechos de bosque para ganancias
económicas a corto plazo.
Quizás la mayor causa potencial de deforestación
se encuentre en el futuro: el cambio climático. Si el efecto invernadero
eleva la temperatura del planeta, los bosques no podrán seguir
sobreviviendo en sus localidades presentes. Algunos tendrán que subir
las laderas montañosas o migrar hacia ambientes más frescos o más
húmedos. Pero, a diferencia de las condiciones que siguieron a la última
Edad de Hielo, el calentamiento global probablemente suceda demasiado
rápidamente para que los bosques puedan adaptarse.
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